Historia y Fiesta de los Indianos en la Isla de La Palma

ZURRÓN NÚMERO 11
Sábado Día 24 de enero del 2009
Historia y Fiesta de los Indianos en la Isla de La Palma
Buenos días a todos los oyentes del programa “EL ZURRÓN”
Hoy vamos a viajar a la Isla Más Verde de las Islas Canarias, concretamente a La Isla de La Palma.
Y ya que estamos próximos a los carnavales vamos a hablarles de la Fiesta por excelencia en la Palma “LOS INDIANOS”,
La investigadora palmera María Victoria Hernández Pérez (en su libro La Palma: Fiestas y tradiciones) atribuye al noble Cristóbal del Hoyo Solórzano la primera cita histórica sobre el Carnaval en La Isla de La Palma. Al parecer, el libertino vizconde de Buen Paso sufrió un proceso judicial en 1700 por cantar letanías carnavaleras a la sobrina del inquisidor de Santa Cruz de La Palma.
La anécdota ilustra bien a las claras las siempre difíciles relaciones entre la autoridad y la más gamberra de las fiestas populares de la isla. Durante siglos los Carnavales estuvieron mal vistos, fueron ignorados, o resultaron obstaculizados, cuando no directamente prohibidos, por el poder establecido. De hecho, hasta la llegada de la democracia en 1975, el régimen franquista trató de domesticarlos (podríamos decir irónicamente que de disfrazarlos) bajo el inocente nombre de Fiestas de Invierno. 

Por otra parte, desde finales del siglo XIX comienza a documentarse en La Palma la costumbre de arrojar harina, almidón y polvos de talco durante los días de Carnaval. La Isla de La Palma es la única isla donde sobrevive la costumbre, que en el pasado también se estilaba en el resto del Archipiélago. Hasta tal punto es así que el principal acto de la fiesta no podría entenderse sin ella.
Para ello D. Miguel Leal Cruz escribió Indianos y Batalla de Polvos en La Palma

El acto festivo denominado Los Indianos, con mayor insistencia cada 
año, constituye el número más fuerte y representativo que define y 
diferencia al Carnaval de La Palma, y singularmente en su capital, de 
otros numerosos actos que tienen lugar en Canarias por estas fechas . 
En una ciudad de profunda tradición marinera como es Santa Cruz de La Palma, esta parodia canarvalera supone un reencuentro con la historia y la constatación del importante cruce de relaciones con América,sobre todo con Cuba y Venezuela. En fecha señalada del carnaval, miles de palmeros se transforman en emigrantes que evocando a sus antepasados simulan arribar al puerto como en épocas no tan lejanas.
 
Los acuñados con el apelativo de Indianos regresan cada lunes de 
Carnaval con los más atractivos y pintorescos trajes. El desfile desde 
el muelle a la plaza de La Alameda, es de lo más atractivo y 
pintoresco, al liberarse una batalla de polvos de talco (que aporta el 
propio Ayuntamiento), pero que no logra acallar los ritmos propios de 
la otra orilla del Atlántico: guajiras, habaneras o el cubanísimo son, 
de entre los que sobresalen personajes de gran sabor popular como "la 
negra Tomasa". 

Huyendo del hambre o de las guerras de África, obligados por 
circunstancias familiares o simplemente impulsados por un afán 
aventurero, los canarios dejaron en Cuba una imborrable marca de sus 
costumbres a la vez que determinante en la cotidianidad de la isla 
antillana, fundiendo hasta la peculiar manera de hablar. 
Junto a otras influencias africanas, indígenas y hasta chinas, los 
canarios (sobre todo los palmeros) influyeron en el devenir histórico 
de la nación cubana en la que por determinada forma de ser, de pensar 
y hasta de vivir se fundieron con los cubanos en su mismo floklore o 
festejos. 

Esa señal resulta evidente en las estrechas calles de las zonas 
coloniales, los monumentos, sus parques, las iglesias, las fachadas 
multicolores de las viviendas con grandes puertas de madera y las 
rejas con los más disímiles arabescos que son copia exacta de las de 
Santa Cruz de La Palma (o de cualquier ciudad histórica de Canarias). 
Por ello toda la isla rinde homenaje al emigrante retornado, en una 
jornada en la que el ambiente festivo contagia a naturales y cada vez 
más a los visitantes. 
El referido parentesco de la cultura tradicional palmera con el mundo 
afrocubano, se plasma en esta tradición de incierto origen que tiñe 
literalmente de blanco las principales calles de Santa Cruz de La 
Palma cada año por dichas fiestas carnales. 
Con los polvos de talco y al ritmo de diversos sones cubanos, los 
palmeros adaptan la tradición de “manchar” a todo aquél que se ponga a 
tiro, utilizando diversos y curiosos artilugios.

Si tradicionalmente el arroz y el trigo se arrojan sobre los recién casados, la harina y los “huevos-talco”, son símbolos de fecundidad. Si bien como 
apunta el estudioso palmero y profesor de la Universidad de La Laguna 
Pedro Leal Cruz, el origen también hay que vincularlo necesariamente a 
determinadas regiones del norte de Portugal cuyos hijos, auténticos 
inmigrantes en La Palma desde el mismo siglo XVI (y antes), tanto 
influyeron en sus costumbres, arte o lingüistica y que introdujeron la 
costumbre de arrojar "borrallas" durante estas fiestas carnales que 
precedían a las de Cuaresma. 
La tradición oral, refrendada por algunos investigadores actuales, 
informa sobre el origen de esta costumbre en un cargamento de harina 
en mal estado traída en un barco llegado de Cuba en el siglo XIX 
(negado por la folklorista e historiadora María Victoria Hernández), 
si bien se ha de aceptar esa posibilidad como otro de los orígenes de 
tan curioso espectáculo que ya quieren copiar (con interés turístico) 
hasta en la calle Triana de Las Palmas de Gran Canaria motivo de 
reciente polémica política entre autoridades de ambas capitales. 
Sin embargo, las manifestaciones encontradas en otros muchos lugares 
que hacen referencia a esta tradición, nos hacen pensar en unas raíces 
más complejas. En este sentido, la estrecha relación con Cuba, que ya 
hemos expresado, nos lleva a plantear un posible paralelismo con 
rituales de blanqueo de la piel de las comunidades “ñañigas” hombres 
de color obsesionadas por la blancura de la piel, y que fueron 
incorporados a la cultura cubana por los descendientes africanos. 
Los carnavales que durante el franquismo estuvieron prohibidos en 
Canarias, más concretamente en Tenerife, se hacía imposible conseguir 
que se celebrarán, por lo que para “disfrazarlos” fueron 
denominados “Fiestas de invierno” con el visto bueno de la misma 
Iglesia y del Régimen, pero que también influyo la presión del pueblo. 
Actualmente, a pesar de su origen como fiesta espontánea, se han 
transformado en grandiosos espectáculos de diversión y fantasía para 
grandes multitudes, con gran prestigio mundial y económico. En este 
sentido destacan, los celebrados en Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas 
de Gran Canaria, Puerto de la Cruz, Santa Cruz de La Palma, etc. La 
grandiosi-dad de éstas contrasta con aquellas fiesta sencillas en las 
que participaba el pueblo y en las que las “mascaritas”, personas 
disfrazadas bromeaban entre sí y con el resto de la multitud, con el 
fin de ser reconocidas. Era muy típico el ofrecimiento de pan de 
leche, torrijas, rebanadas de pan, en las visitas a las diferentes 
casas. Asimismo, cabe señalar la peculiar forma en la que se celebran 
los carnavales de Santa Cruz de la Palma, con una multitudinaria 
guerra a base de los referidos polvos, en memoria del tópico “indiano 
emigrante", que convierte a las emblemáticas calles de O´Daly y Pérez 
de Brito en blancas estelas para regocijo para palmeros, para turistas 
presentes o de aquellos que visionan los festejos a través de la 
televisión, en documentales en su propio país o en otros puntos de las 
mismas Islas Canarias.
Muchas Gracias por escucharme y hasta el próximo zurrón.
Fernando Malaxechevarría
Director Creativo
Nuestrasislascanarias.com
10-01-2009